La diabetes es una enfermedad crónica en la que los niveles de glucosa de la sangre están muy altos. Con el tiempo, el exceso de glucosa en la sangre puede dañar los ojos y otros órganos del cuerpo. Las personas con diabetes pueden desarrollar una enfermedad ocular denominada retinopatía diabética en la que se dañan los vasos sanguíneos de la retina, que son los más pequeños del organismo.
2. Retinopatía diabética proliferativa. Se produce la formación de nuevos vasos sanguíneos, denominados neovasos, que son frágiles y sangran con facilidad. Como consecuencia, se pueden crear hemorragias más o menos pequeñas y cicatrices que empeoran la visión.
La mejor opción terapéutica de la RD es su prevención. Se ha de tener un buen control de los niveles de azúcar y colesterol en sangre así como de la presión arterial. Consumir alimentos saludables, practicar regularmente ejercicio físico y no fumar. En mujeres diabéticas embarazadas se han de seguir revisiones del fondo, ya que tienen mayor riesgo de desarrollar RD.
La RD no siempre requiere tratamiento y, en caso de ser necesario, puede reducir la pérdida de la visión pero no cura la RD ni solucionan los cambios ya ocasionados. Los procedimientos más frecuentes son fotocoagulación con láser de los vasos sanguíneos anormales para sellarlos. Inyección de medicamentos en el globo ocular para evitar la proliferación de neovasos y resolver el edema macular. En casos muy avanzados puede ser necesaria una intervención quirúrgica denominada vitrectomía, en la que se extrae el cuerpo vítreo y los vasos anormales de la parte posterior del globo ocular.
Artículo con finalidad académica, tomado del portal
https://optometristas.org/noticias/la-diabetes-un-enemigo-silencioso-de-la-vision