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Hugo Molano, el todero de Orsovisión
Hugo Molano, el todero de Orsovisión

Ibagué, mayo 30 de 2023

Hugo Molano ya está rondando los 70 años de edad, más de la mitad de su vida vinculado al grupo empresarial Sofía Pardo, pero en especial con Orsovisión ópticas. Algunos de us compañeros cariñosamente lo llaman el abuelo de todos. Y es que no deja de sorprendernos su entrega con la empresa, siempre pensando en las monturas como la estrella de todas las ópticas, las que hay que consentir para que los usuarios finales se sientan orgullosos de Orsovisión.

Molano ingresó a las empresas en 1985 a la óptica Mundo Visión, primera versión de Orsovisión Opticas, con esta organización que inició con números rojos, al robarle las monturas y lentes cuando estaban en pleno montaje a su llegada a Ibagué arrancó su carrera que termina luego de su paso por Promover nuevamente en Orsovsión en el 2023.

Junto con Sofía Pardo recorrío más de 300 veredas del Tolima. Al territorio que llegaban socializaban cómo trabajarían, iniciando con los tamizajes infantiles y luego las consultas de optometría.

La empresa fue creciendo y la necesidad en los municipios llevó a Sofía Pardo a montar la Ruta de la Salud Visual. Un camión adaptado con consultorio de optometría, sala de ventas y laboratorio. Y nuevamente a recorrer el Tolima. Jamás se enfermó, su disposición era total, y como dato curioso era el primero en llegar a dejar todo en orden.

Conducía el carro, atendía a la gente, biselaba, barría, trapeaba, limpiaba el polvo. El camión siempre parecía una taza de plata. No importaban los caminos de trocha o que la lluvia dejara en el exterior el carro sucio. Antes de atender a las personas, como por arte de magia relucía y los usuarios agradecían ese gesto, un trato diferencial, humano.

Recuerda que en una ocasión llegaron a un municipio del Tolima y una señora muy “humilde” se le acercó para ver las monturas que traían. Empezó a mostrarle unas de 5 mil pesos, las más económicas. La señora le insistía, más bonitas, más cariñosas.

Pero para Hugo con el atuendo que llevaba puesto decía en su interior que no le daba para monturas finas. Sin embargo, sacó la de mayor valor, 120 mil pesos. La señora sonrió y le dijo esas son las mías. Haga el trabajo que ya vuelvo. Media hora después con billetes recién sacados del banco, esos de 2 mil pesos que eran la sensación del momento, pagó de un solo tajo sus monturas y las empezó a lucir de manera inmediata, ya estaban biseladas y en el estuche.

Las apariencias engañan dijo Molano, esa señora me dio una lección de vida. Uno no debe menospreciar a ningún cliente, porque, aunque la maleta haga el pasajero, no todas las maletas son iguales.

En otra ocasión, camino a Planadas, por el corregimiento de Bilbao, el camión consultorio se quedó atascado, el crudo invierno lo amenazaba con quedarse hasta el otro día en ese espacio. A las ocho de la noche pasó una camioneta Toyota y le preguntó ¿qué pasaba?

Hugo contó lo sucedido y le sorprendió la propuesta que le hicieron. Si quiere le ayudamos con una fila. Era inentendible para Molano, pero solo movía la cabeza de manera afirmativa. Sacaron un pito que hicieron sonar unas cinco veces, y como por arte de magia los habitantes de la zona acudieron en fila india hasta el carro sacándolo del barranco.

La ruta de la Visión como todas las empresas sufren de transformaciones positivas, y de ser consultorio de optometría, pasó a tener consultorio de odontología, medicina, citología, todo en un mismo lugar recorriendo parte del país, y Hugo en la misma actitud que lo ha caracterizado, pocas palabras, mucha acción.

 

En su caminar por los 26 municipios que conforman el departamento de Sucre, Costa Caribe, junto con los profesionales que lo acompañaban los asistía Adriana Pardo, actual gerente de la empresa, y cada fin de mes de esos tres meses era sagrado estar en las playas de Coveñas y Tolú, lugares paradisíacos que estarán siempre en su memoria, porque el equipo era una familia y entre las olas contaban sobre sus vidas, sus sueños.

Con el fortalecimiento de las IPS en el país, la Ruta de la Visión y luego la Ruta de la Salud acabó, pero nació Promover y en el 2004 fue designado como conductor de una de las ambulancias de la empresa, cargo que desempeñó hasta el 2013 cuando tuvo un accidente de tránsito.

La flotilla de carros en la empresa ahora lo conformaban ambulancias y placas blancas para transportar pacientes en especial en el Tolima. Su vasto conocimiento en materia de mecánica lo llevaron a desempeñarse como auxiliar de mantenimiento de ambulancias hasta el año 2022, cuando regresa a Orsovisión Ópticas.

Un cargo sin título que tuvo Hugo fue el de niñero, cuando no había quien cuidara a Pamela, actual subgerente de la empresa, le tocaba esa tarea. Recuerda que en una ocasión en Bogotá su jefa Sofía Pardo, le solicitó unos documentos de carácter urgente para que los llevara al aeropuerto El Dorado. Pamela tendría unos cinco años y como no podía dejarla sola la subió al carro para que lo acompañara.

 

Los documentos estaban sobrepuestos en la guantera y como tenía algo de calor decidió abrir la ventana con tan mala suerte que los papeles empezaron a salir volando en plena calle 26 de Bogotá. Hugo frenó en seco y se bajó rápido del carro para recoger todos los papeles. Mientras regresaba los papeles que había en el interior del vehículo salían volando. Se volvió loco. Pero en su mente esta grabada la risa de Pamela al verlo revolotear.

Hugo Molano tiene nueve hijos 15 nietos y 2 bisnietas, Hugo Molano tiene más de mil compañeros que lo recuerdan por su sencillez, y en ese inventario desde la gratitud, la familia Orsovisión y Promover lo ven como ese abuelo que tiene el consejo perfecto para cada ocasión. Pero recuerden, la magia está en las gafas